El diseño de la gama de tartas Reina persigue elevar la calidad del packaging para adecuarlo al contenido, un postre adulto, untuoso y apetecible para cualquier día. Este proyecto destinado a gran consumo ensalza estos atributos, con el empleo de las texturas en contraste y unas tipografías batidas en movimiento que se deslizan por el diseño. El logotipo de Reina se sumerge en la tarta, como una singularidad más del branding reflejado en el producto.